TIENE EN SU CESTA DE LA COMPRA
En total 0,00 €
En las Malvinas se juega parte del incipiente nuevo orden multipolar y la presencia anglosajona en el Polo Sur. El desafío no es menor pues exige el abordaje multidimensional geoestratégico alejado del narcisismo geopolítico, y menos aún sucumbir a la despreciable pusilanimidad apátrida. Argentina debe sopesar sabiamente sus alcances y las limitaciones de cada jugada de ajedrez en la que pueda obtener el máximo de beneficios para recuperar las Malvinas, que se han convertido en el icono tanto de su pasado aciago como de su futuro regenerativo. No existe tema que congregue casi en forma unánime a la nación argentina que el simbolismo de las Malvinas; caso sui géneris de la ?sicología de las masas? descubierta por Gustave Le Bon en el siglo XIX, y transmutada a las multitudinarias misas políticas del siglo XXI. Las asíntotas metafísicas de Argentina y sus dilemas shakespearianos irresolubles -como la identidad nacional de Carlos Gardel o la supremacía futbolera entre Maradona y Messi- se disuelven asombrosamente ante el icono del Santo Grial de las Malvinas: el único monoteísmo consensuado de la nación argenti